Muerte al Estado y a la “revolución” que lo necesita: solidaridad anarquista con lxs compañerxs que protestan en Cuba

En el territorio español prevalecen dos posturas claras respecto a la situación que hoy azota al pueblo y a la clase trabajadora cubana: por un lado, los medios de comunicación afines al poder y una buena parte de la población asume de muy buen grado la intervención occidental y capitalista estadounidense, de manera que no tienen ningún problema para apropiarse e  instrumentalizar la oleada de protestas por una vida digna y libre de tiranías que ha estallado en la isla. Por el otro lado, las izquierdas, sobre todo aquellas vinculadas al marxismo y al comunismo de Estado, y sorprendentemente una buena parte de lxs anarquistas, asumen el discurso fácil que el propio gobierno cubano emite: las protestas han sido orquestadas desde Miami, por sectores burgueses y capitalistas que quieren hacer caer el sueño «revolucionario» de 1959. De esta manera, se hace la vista gorda y se dejan estar numerosísimas estrategias de represión, censura y coacción que, desplegadas en otros territorios por parte de gobiernos neoliberales, han escandalizado a toda la comunidad internacional y han sido objeto de condenas y de una gran solidaridad. Por no hablar del paternalismo que rezuma este discurso y que presenta al pueblo trabajador como un inútil manipulable que debe ser guiado hasta su emancipación.

También fue un golpe orquestado desde Miami, según Mariela Castro y el régimen castrista, la marcha del Orgullo LGTBIQ que se celebró hace dos años en La Habana de manera ilegal luego de que el CENESEX anulara la tradicional conga contra la homofobia, y que se saldó con numerosas personas detenidas, heridas y que durante mucho tiempo después fueron escrupulosamente vigiladas por la policía castrista.

La presencia de patriotas y neoliberales en protestas desarrolladas en territorios gobernados por regímenes capitalistas, y el carácter interclasista de muchas de las protestas que brotan de manera espontánea desde abajo y desde los márgenes no nos han hecho meter a todxs lxs activistas en el mismo saco ni ha sido un motivo para condenar las protestas y la manifestación pura y dura de la rabia popular.

Jamás habríamos asumido de buen grado o como un «mal necesario» las detenciones arbitrarias, las muertes y la brutal violencia policial desplegada sobre la clase trabajadora chilena en el estallido social y que hoy día perdura. La censura y los ataques a la libertad de expresión que condenamos y combatimos en España, no pueden ser vistos con buenos ojos si el que lo despliega es un régimen que se dice revolucionario, pero que no deja de ser el viejo armatoste de siempre, con su policía, con su ejército, con su represión, con sus cárceles, con sus servicios de inteligencia, con sus oligarquías, con sus clases explotadas, y que devasta los territorios, asfixia la vida y la condena a la miseria en nombre de la revolución.

Nosotrxs nos negamos a asumir cualquiera de estos discursos maniqueístas y panfletarios que tan solo favorecen y legitiman al poder y al Estado, ya sea el castrista o el estadounidense. Nos negamos a asumir como parte de nuestro discurso anarquista la doble vara de medir con la se que analiza y se valora la violencia institucional y estatal sobre las gentes que habitan los territorios. Nos negamos a avalar, legitimar y aceptar el enfrentamiento y la guerra ficticia a la que el gobierno cubano somete a la clase trabajadora, llamando a lxs «cubanxs verdaderamente revolucionarixs» a enfrentarse en las calles a quienes protestan contra la carestía y contra la tiranía del Estado. Para nosotrxs la única guerra posible es la de clases. El problema no es la gente, no es la clase trabajadora. El problema son los estados, incluido el cubano y cualquiera que se enarbole como del pueblo, y el poder capitalista, racista y patriarcal contenidos en ellos.

La revolución social, la dignidad, la libertad, la igualdad y el comunismo jamás vendrán de gobierno, Estado, institución o partido político alguno. Ni siquiera presentándose como los que llevarán a la clase trabajadora a su emancipación. Todo ello será construido desde abajo, desde la auto-organización de los desposeídxs, desde la autogestión, el apoyo mutuo y la acción directa. De lo contrario, aquello a lo que llaman revolución se convierte en un yugo o en una prisión que atrapa, mata y calla, y para las oligarquías, en un suculento destino para el turismo revolucionario de occidente.

Es urgente que el internacionalismo anarquista tome partido y abandone los discursos autoritarios que se aproximan más al marxismo y al comunismo de Estado que a la voluntad por construir sociedades comunitarias, horizontales y despojadas de autoridad cualquiera. En esta tarea necesaria, el Grupo Anarquista Aurora y la Karakola Ediciones mandamos toda nuestra solidaridad a lxs compañerxs cubanxs que desde las perspectivas libertarias se enfrentan en estos días a la tiranía del régimen castrista, así como a las garras norteamericanas. Tenemos los ojos puestos en vuestra resistencia y en vuestros esfuerzos de socavar el poder de ahora y de siempre y de construir la sociedad que anhelamos.

Un saludo a lxs compañerxs de las organizaciones libertarias que, desde Cuba, nos han escuchado y esclarecido los hechos para construir una perspectiva propia y evitar la trampa de los discursos del poder.

¡El único comunismo posible es el anarquista!

Firman: Grupo Anarquista Aurora y La Karakola Ediciones

Protestas sociales en Cuba

Fuente: extraído de la web de KRAS- MAT. Sección Rusa de la AIT (IWA)
Los anarquistas cubanos apoyan las protestas sociales en el país y condenan la represión en su contra. Se oponen tanto al embargo estadounidense contra Cuba como a las políticas dictatoriales y procapitalistas de las autoridades cubanas. Los anarquistas esperan que los hechos ocurridos les permitan abrir nuevos espacios de diálogo sobre el antiautoritarismo y la lucha social fuera de cualquier partido de izquierda o derecha.
El 10 de julio estallaron protestas sociales en varias ciudades cubanas. Manifestaciones espontáneas de vecinos indignados tuvieron lugar en San Antonio de los Baños, La Habana, Holguín, Camagüey, Santiago de Cuba y también en Matanzas, donde se ha sentido la escasez más aguda de medicinas y alimentos en los últimos años.
Cuba enfrenta una grave crisis económica. La economía colapsó un 10,9% el año pasado y otro 2% este año. Los cubanos se ven obligados a hacer cola durante horas para comprar artículos de primera necesidad. Reuters citó a una mujer de San Antonio diciendo: «Están protestando contra la crisis, la falta de alimentos o medicinas, contra el hecho de que todo tiene que comprarse en tiendas de cambio de divisas, etc.» Los manifestantes exigieron medicamentos, el fin de los cortes de energía y un mejor suministro de alimentos y bienes de uso diario. Algunos corearon las consignas antigubernamentales «¡Abajo la dictadura!», «¡Libertad!» y exigió la renuncia del presidente Miguel Díaz-Canel ( https://amerika21.de/2021/07/252355/demonstrationen-kuba )
Las autoridades cubanas han intensificado las reformas de mercado y el desarrollo del capital privado en los últimos años. Todo esto ha limpiado aún más los problemas de desigualdad social y ha profundizado la brecha entre la riqueza de la élite, los empresarios y especuladores privados y la creciente pobreza de la población.
Los videos y las fotos en las redes sociales sugieren que las protestas en varios lugares han estado acompañadas de saqueos de tiendas.
Como las protestas fueron espontáneas, personas con diferentes convicciones salieron a las calles. En algunos lugares, se podían ver eslóganes antisocialistas, banderas estadounidenses o llamados a la intervención estadounidense. Pero esto no fue de ninguna manera típico para la mayoría de los manifestantes. Además, entre ellos se encontraban activistas y disidentes socialistas y «comunistas» de oposición.
Las autoridades respondieron a las protestas sociales con una ola de represión. Decenas de personas fueron detenidas. Los manifestantes fueron dispersados ​​con gases lacrimógenos. La policía y los «ciudadanos» parapoliciales, armados con garrotes y palos, atacaron a los manifestantes, los golpearon brutalmente y les arrojaron piedras. El asustado presidente Díaz-Canel, que llegó a San Antonio, se apresuró a declarar que «comprende» los problemas de la gente común, pero inmediatamente acusó a los manifestantes de ser manipulados por enemigos externos de Estados Unidos y neoliberales. Las autoridades argumentan que las protestas en sí mismas fueron «provocadas» desde el exterior, como si la población trabajadora de la isla no tuviera razones suficientes para estar descontenta con la difícil situación social, la pobreza y la explotación.
Los anarquistas cubanos apoyan las protestas sociales en el país y condenan la represión en su contra. Se oponen tanto al embargo estadounidense contra Cuba como a las políticas dictatoriales y procapitalistas de las autoridades cubanas. Los anarquistas esperan que los hechos ocurridos les permitan abrir nuevos espacios de diálogo sobre el antiautoritarismo y la lucha social fuera de cualquier partido de izquierda o derecha.

Cuba: el fin del encantamiento social de la «Revolución»

El encantamiento social represivo que mantenía pacificado al museo de gran parte de la izquierda internacional se ha desvanecido. Debajo de la «Revolución Cubana», y a contrapelo de su benigna imagen, ha brotado públicamente, en toda su crudeza y grandilocuencia represiva, el «Estado cubano». El mismo Estado cubano creador —para enfrentar al imperialismo yanqui— de una policía política omnipresente que combate a la sociedad mantenida bajo su control. El mismo Estado cubano destructor —en nombre del socialismo— de todas las organizaciones populares y obreras que, con sus historias de lucha, hicieran realidad cotidiana las declaradas conquistas socialistas. Ese mismo Estado cubano que ha convertido la solidaridad en una marca de identidad internacional, sobre la base de mantenernos hundidos en la desconfianza y el miedo entre vecinos. El mismo Estado cubano que —en medio del recrudecido bloqueo yanqui— construye más hoteles para turistas extranjeros que infraestructuras para producir comida, frutas y leche. El mismo Estado cubano que ha producido las únicas vacunas en Latinoamérica contra la covid-19, pero mantiene a su personal de salud en una condición de asalariados de la policía política.
Ese Estado cubano en estos días de julio de 2021 ha mostrado lo que es: una oligarquía común y corriente, celosa de mantener a toda costa su poder absoluto; una cleptocracia vulgar con ínfulas humanistas e ilustradas; una pirámide de poder tan sólida y desproporcionada como las pirámides de las teocracias egipcias, pero rodeada de arenas de playas paradisíacas.
Sostener ahora argumentos geopolíticos sobre el lugar de Cuba en la estrategia imperial global, argumentar que las protestas antigubernamentales en Cuba son inevitablemente pagadas por la derecha cubana de Miami, esgrimir que los protestantes son simples delincuentes en busca de saqueos, que el verdadero pueblo revolucionario está con su gobierno —esos son todos argumentos que describen una parte significativa de la realidad, pero no la agotan en un punto. El pueblo de Cuba tiene tanto derecho y tanto deber a la protesta como el de Colombia y el de Chile.
¿Cuál es la diferencia? —¿que son oligarquías con orígenes distintos?, ¿con prácticas más o menos brutales?, ¿con maquillajes ideológicos más o menos diferenciables?, ¿con posturas más o menos serviles con el gobierno de EE.UU.?, ¿con ideales más o menos sublimes para justificar sus privilegios? Todas esas inmensas diferencias entre las oligarquías colombianas, chilenas y cubanas se reducen a cero cuando en una bella mañana de domingo descubres que, además de las oligarquías mafiosas en Colombia y en Chile, la oligarquía cubana también —frente a un pueblo sin armas— está armada hasta los dientes, un poco más o un poco menos, para triturarte a ti y tus hermanos, a tu cuerpo y a tu mente, si solo se te ocurre cuestionar de palabra la normalidad que ellos gestionan.
Todo lo que el Estado cubano ha hecho por producir unas vacunas nacionales contra la covid-19, todas las subvenciones laborales, todo las mejoras salariales que ofreció a muchos sectores en medio de la pandemia, de golpe se evaporan, no solo por la espiral inflacionaria y el desabastecimiento alimentario endémico en Cuba, sino también porque se hizo visible que todo ello formaba parte del entramado macabro de la «tolerancia represiva», algo que ahora puede descubrir cualquier persona decente en Cuba, sin tener que leer ningún brillante libro sobre contracultura. A quienes vengan ahora a edulcorar esa tolerancia represiva en este país y levantar sobre ella el espejismo de la concordia militarizada, podemos definirles serenamente como el nuevo rostro de lo que no debe tener cabida en nuestro futuro. Quienes en nombre de una futura democracia o del buen funcionamiento de la economía, vengan a desacreditar las afinidades y las fraternidades y las energías que brotaron en las protestas, o reduzcan a «simple vandalismo de la crápula social» lo ocurrido en estas jornadas, hablan en nombre y con el lenguaje de las decrépitas oligarquías que otra vez levantan sin vergüenza la voz en nuestro país.
Las «masas» otra vez se han convertido en «pueblo», con todas sus luces y sombras, al dejar de obedecer las pesadas cadenas de mando, y volver a confiar en los afectos, las afinidades y las mínimas capacidades de hacer y pensar juntos, que han resurgido en la desobediencia y en la solidaridad entre iguales, en medio de la espiral de la violencia, la pandemia y el desabastecimiento. Esa es la nueva realidad que ha nacido en Cuba en estas jornadas de julio de 2021, y de esa nueva realidad, como anarquistas en Cuba, queremos sentirnos parte.
Firmado: Taller Libertario Alfredo López

31 de marzo, Día Internacional de la Visibilidad Trans

Por Paula Muñoz Mora

31 de Marzo, Día Internacional de la Visibilidad Trans. Llegamos a este día en medio de un tenso debate sobre la (espero) inminente Ley Trans, promesa electoral del nuevo «Frente Popular», pero que si se ha conseguido finalmente tramitar ha sido gracias a la lucha en la calle de les compas de los colectivos Trans diseminados por todo el territorio, a su lucha, movilización e incluso alguna huelga de hambre que otra. Mis respetos y apoyo.

Llegamos también con un nuevo desabastecimiento en todo el territorio de varios de los medicamentos que nos son necesarios para nuestra salud y bienestar, en especial para las mujeres trans. Una continuación del juego macabro de intereses económicos entre las farmacéuticas y el Estado. Todo ello tras un 8M marcado nuevamente por las fracturas en el movimiento feminista, donde un sector transfobo y transexcluyente intenta dinamitar la conquista de derechos de la comunidad trans, el mismo sector que ya ha alcanzado las cuotas de poder que perseguían para ser opresoras de sus compañeras.

Y para rematar el cuadro, no podemos olvidarnos de una pandemia global que ha puesto en una situación más crítica y precaria a los colectivos más oprimidos: trans, migrantes, putas… Mientras tanto, el fascismo toma fuerza en las cúpulas y en la calle, ya sin disfraz alguno y con total impunidad: presos políticos, represión policial… Pronto nos tocará el turno.

Pero hoy no. Hoy todavía podemos gritar, hacernos visibles y aportar nuestra gota de agua para levantar el tsunami de la revolución, una Revolución Social que nos reconozca y nos haga libres, una Revolución Trans!

Organízate y lucha, compa! Ya sea en la casa, en el barrio con el colectivo o la okupa, en el trabajo con el sindicato… Que sepan que también somos parte de este mundo y jamás lo abandonaremos sin luchar…

¡Salud y lucha para este 31M!

Una voz transfeminista y libertaria el 8M

Por Paula Muñoz Mora, AnarcoTransFeminista

***

Un año más se acerca el Día de la Mujer Trabajadora, el 8 de Marzo, el día que el feminismo, tanto el institucional como el que procede de los márgenes, pretende hacer suyo. El movimiento libertario, y en especial las compañeras que militan en organizaciones anarquistas, no son ajenas a esta pugna. A veces pienso si no hacemos más que bailar al son de la música impuesta por el sistema en nuestro calendario… Siempre reaccionando, en respuesta, a la defensiva, sin pasar al
ataque… Pero eso es tema de otro artículo.

Antes de nada, constatar como siempre, que las siguientes líneas no son más que hijas del interés particular de la que suscribe por compartir sus sentires y percepciones subjetivas con la comunidad. Pues pienso que sólo poniendo en común nuestras subjetividades, podremos aproximarnos a cierta objetividad en nuestros discursos colectivos que constituyen la voz del movimiento.

Me presento nuevamente: Paula Muñoz Mora, anarkofeminista, anarkosindicalista,
anarkocomunista y transfeminista, militante de la CNT-AIT. Para mi todas estas etiquetas no tienen diferenciación unas de otras, no se pueden separar unas de otras, pues estarían vacías, carentes de sentido. Sin embargo, es necesario poner nuevamente los apellidos para que no se olviden los matices.

Este año la pandemia y la crisis que se acompañan, nos han conducido a un 8M particular. La palabra es precariedad y es ruptura, es conflicto y represión. Hemos visto como se nos ha confinado en nuestras casas, hemos visto como se ha dejado a multitud de trabajadoras sin recursos para sus sustento y sus familias, hemos visto como el capitalismo, el Estado, la patronal han puesto en la milla hacia el cadalso a la clase obrera, obligando al trabajo sin defensa contra la pandemia, sin material adecuado, hacinados en centros de trabajo y medios de transporte, etc, para luego
criminalizar sus protestas, mientras daba rienda suelta a sus siervos fascistas para ocupar la calle.

Entre tanto, el miedo nos ha separado. Si el año pasado ya pensaba que el movimiento feminista estaba roto, este año la situación no es mejor. Este año el enfrentamiento entre Radfem y Transfem ha llegado a niveles realmente alarmantes en el Estado español. En especial por la inminente salida de la que se ha dado en llamar la Ley Trans, cuyo borradores abogan por la autodeterminación de género, lo que algunas interpretan como un intento de borrar a la mujer y su lucha.

Este conflicto también ha salpicado al mundo libertario, como ya dije. Pero no como cabría esperar desde la perspectiva de criticar una iniciativa legislativa, que podría suponer una legitimización del Estado, sino cuestionando la teoría y el movimiento queer, bases del transfeminismo, bandera de la diversificación del movimiento feminista desde los años 90s. Y lo mejor es que no es tanto cuestionar sus postulados, compartidos en muchos casos con otras oradoras del feminismo de décadas anteriores, si no como criticar el origen académico y burgués de muchas sus más famosas filósofas, olvidando también este mismo origen para otras teóricas de décadas anteriores, tanto del feminismo como del anarquismo. Todo lo que no interesa es postmoderno y quien lo defiende está alienada. A nadie parece haberle importado la situación de desamparo y exclusión que esta crisis ha dejado para las personas trans, en particular a las mujeres, para las cuales encontrar trabajo, ya en época de abundancia y salubridad era toda una odisea, no digamos en el momento actual. Como si posicionarse en apoyo al reconocimiento de nuestros derechos, el de las personas trans, fuera apoyar el Capital y al Estado.

El otro punto caliente es sin duda la prostitución o trabajo sexual, que se podría hablar en términos muy similares. Imagínense por un momento en que situación ha podido dejar esta crisis a las compañeras: sin paro, sin prestaciones, confinadas y con miedo a contraer la enfermedad mortal… Precariedad se queda corto. Pero no me extenderé en esto. Que lo hagan las putas. Y lo mismo para las compañeras migrantes y racializadas…

Pues con esto quiero llegar precisamente a lo que me motiva a escribir estas páginas. Varios manifiestos, artículos y comunicados de los bloques anarquistas y libertarios, que a toda prisa han decidido organizarse para esgrimir bandera y salir a la calle este 8M, varios de estos textos han llegado a mis manos. Y lo primero que he constatado es que he echado en falta la perspectiva transfeminista. No hay mención alguna a compañeras trans o putas (someramente se menciona la inmigración, el racismo…). Mi primera reacción ha sido de indignación ¿Cómo mis compañeras se han olvidado de mi? Pero luego he recordado aquello de que “solo el pueblo salva al pueblo”, solo
las oprimidas salvan a las oprimidas. Y en base a esto me he dado cuenta de que no podemos caer nuevamente en el victimismo. SOLO LAS TRANS, LAS PERSONAS TRANS, NOS SALVAREMOS A NOSOTRAS MISMAS. No podemos esperar a que nuestras aliadas levanten la voz por nosotras. Tenemos que alzar nuestra propia voz. Debemos ser nosotras las que recojamos el fusil de las que nos precedieron y prender los contenedores de la transfobia, para que iluminen nuestra revolución…

 

Este es mi alegato en pro de mi revolución, una revolución queer, una revolución transfeminista, una revolución libertaria. Sólo una revolución que incluya a la disidencia sexual y abogue por la autodeterminación personal y colectiva, sea del género o cualquier otra índole, podrá ser una revolución verdaderamente anarkista. Sólo esa será la Revolución Social que ansío.

Esta crisis me ha dejado sin trabajo, me ha dejado sin sustento, me ha vuelto a situar en la boca de aquellos que cuestionan mi identidad, como si cualquiera que no fuera yo pudiera decir quien o que soy. Parece que ésto preocupa más a mucha feminista o libertaria, que la opresión que sufrimos de parte del Estado y el Capital. Ha ocupado esto más tiempo en redes sociales que la PRECARIEDAD o la REPRESIÓN que sufrimos todas. Y sin embargo, cuando el colectivo trans, a base de lucha callejera consigue arrebatar al Estado la migaja de reconocer sus derechos, entonces nuestras propias compañeras ponen el grito en el cielo, reinterpretando a conveniencia textos académicos, pero sin acercarse a la realidad de la calle.

Con esto quiero manifestar mi apoyo a la RESISTENCIA TRANS, cuya lucha ha logrado hacer temblar al Estado y su administración, minando su poder, obligando a reconocer sus derechos en pro de una Paz Social, mediante la proliferación de distintas leyes trans autonómicas en los últimos 7-8 años (y todavía existe la mujer, cuidado) y finalmente la inminente ley estatal. Porque la que suscribe piensa que toda ley que reconozca derechos a la clase obrera y las comunidades que la forman en su diversidad, son trabas al poder del Estado y el Capital, son pequeñas victorias de las
batallas que primero se libraron en la calle (jornada de ocho horas por ejemplo). Pero no podemos ni debemos quedarnos ahí, no podemos seguir siendo la Resistencia. Debemos pasar a la acción y convertirnos en Revolución. POR LA REVOLUCIÓN TRANS Y TRANSFEMINISTA, POR LA REVOLUCIÓN SOCIAL Y EL COMUNISMO LIBERTARIO, pues una sin otras no somos nada.

LIBERTAD PARA CRISTIAN MESTRE

Este es el momento de que todas aquellas personas que han tomado las calles para protestar contra el encarcelamiento de Pablo Hasel, las tomen esta vez para protestar y exigir la libertad de nuestro compañero Cristian Mestre, de la CNT-AIT Granada.
 
Mestre fue detenido tras las protestas sucedidas en Granada por la libertad de Hasel, y el pasado 22 de febrero le fue decretada prisión provisional sin fianza, sin motivo aparente para dicha condena.
 
Desde la Karakola nos solidarizamos hoy con el compañero Cristian Mestre, con la CNT-AIT de Granada y con todas las personas represaliadas por luchar, así como todas aquellas que sufren la violencia del Estado desde el interior de las prisiones. Consideramos injusto, hipócrita y una victoria mediática, que la exigencia exclusiva de la libertad de Hasel sea la que monopolice la ocupación de las calles. Él no es el único represaliado sino que cantidad ingente de compañerxs deben pasar por los aparatos punitivos del Estado por luchar y por expresarse. Además, la represión, la miseria y la explotación por parte de este sistema inhabitable, recae sobre toda la clase trabajadora.
 
No olvidamos, además, que durante toda su historia, las prisiones en España están llenas de presos políticos y sociales que hoy ejercen importantes luchas y resistencias. Las calles deben ser la caja de resonancia de sus voces. Solidarizarse con Hasel sin solidarizarse con el resto de presxs, represaliadxs y violentadxs por el Estado, es una proclama vacía y laxa.
Hasel no es el único.
 
¡LIBERTAD PARA CRISTIAN MESTRE!
 
Frente a la represión del Estado, ¡nuestra solidaridad y organización!
 
¡Abajo los muros de las prisiones! ¡Abajo el Estado y todo el poder!
????✊????????

 

Anarcofeminismo para el 8 de marzo

Aurora Maymón
Que no se me confundan estas palabras que voy a decir. No sé si será porque este año mis ánimos y mi estado emocional son una montaña rusa dada la actual situación y por eso le doy más vueltas. Ciertamente llevo ya varios años con este runrun. Pero este año el tema del 8M me intensifica este sentimiento raro, porque es una fecha que ha sido completamente moldeada para blancas y burguesas.

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CNT-AIT: Contra viento y marea

Como ya sabe parte del movimiento libertario, desde hace varios años la CNT-AIT se enfrenta a un proceso de asfixia por parte de una organización que se dice anarcosindicalista y que también se hace llamar CNT. Los individuos y agrupaciones anarquistas que se sienten ajenas al anarcosindicalismo perciben esta situación con recelo, con escepticismo e incluso con cierta ironía, y piensan que es absolutamente decadente e irrisorio que en el Estado español existan “dos CNT” fruto de una “escisión”, que se tornan irreconciliables y que, además, se encuentran inmersas en una “batalla de siglas” en la que ambas pugnan por ostentar las históricas siglas, dejando así a un lado, los verdaderos problemas sociales y políticos a los que debería enfrentarse el anarquismo y el anarcosindicalismo.

Nos vemos en la necesidad de desmentir esta idea de una supuesta batalla de siglas y explicar qué es lo que sucede en el seno del anarcosindicalismo en el Estado español y a nivel internacional. Pero tratando de no abrumar a aquellas personas que leéis este comunicado, hemos evitado hablar detenidamente de todos los abusos, usos deshonestos de los acuerdos y la orgánica, atropellos, corruptelas y agresiones que se han cometido estos últimos años. Sólo hemos querido hablar de las cuestiones centrales, sin meternos en los detalles. Somos conscientes de que queda pendiente por nuestra parte un trabajo de visibilización de todas estas bochornosas e intolerables actitudes. Por tanto, la intención de este texto no es sumergir a quienes lo leen en un mar de datos, fechas y nombres, ya que hay harto material escrito que viene explicando desde el principio qué es lo que sucede con más o menos detalle. Un material que además se está recuperando para hacerlo más accesible a quienes tengan interés. Lo que se pretende con este comunicado es poner en situación al actual movimiento anarquista y lanzar unas cuantas reflexiones al respecto para que, si se estima conveniente, todxs lxs compañerxs puedan juzgar por sí mismxs lo que está sucediendo y tomar un posicionamiento ante ello.

La CNT-AIT siempre ha funcionado de manera asamblearia y horizontal, incluso en su estructura de confederación de sindicatos y como sección de la AIT. Esto significa que los Comités Locales, Regionales y Nacionales, que no son más que grupos de compañerxs que se encargan de coordinar las actividades en distintos niveles, no tienen ningún poder de decisión más allá de lo que acuerden lxs afiliadxs. Las decisiones que se toman en la Confederación parten directamente desde la base de los distintos sindicatos, y así se elevan las decisiones hasta el ámbito nacional. Para ello, todxs lxs militantes de la CNT-AIT tienen conocimiento y pueden participan (o así se fomenta y se potencia desde los propios estatutos) de todo lo que sucede a nivel confederal. Si estos Comités fueran quienes toman las decisiones por el resto de los sindicatos y militantes, estaríamos ante una estructura vertical y autoritaria que nada tiene que ver con los principios de la horizontalidad y la no delegación del anarquismo y el anarcosindicalismo.

Aquí reside una de las cuestiones principales de la lamentable situación actual. El Comité Confederal y las secretarías de la CNT-AIT (cuando aún era “una”), de manera unilateral y a espaldas de los sindicatos que formábamos la CNT-AIT, dejó de pagar las cuotas a la AIT durante dos años aproximadamente, malgastando y usando ese dinero para los fines que ellxs consideraban oportunos. Las personas que tomaron estas decisiones a espaldas de la Confederación, consideraban a la AIT poca cosa y a sus secciones demasiado insignificantes como para que valiera la pena pertenecer a ella. Por otro lado, la CNT© (desde este momento la nombraremos así, ya diremos el porqué) comienza a organizar conferencias de carácter internacional con otras organizaciones, al margen de la AIT y con la intención de empezar a dar forma a lo que sería la CIT (Confederación Internacional del Trabajo), una “nueva internacional”, a nuestro juicio, con tintes poco libertarios. Todo esto, como es lógico, terminó por provocar su expulsión de la AIT.

Pero más allá de esos premeditados movimientos del Comité Confederal de la CNT© y algunos comités y secretarías que costaron la expulsión de la AIT, vemos como una parte de la militancia, por desconocimiento o indiferencia, ha permitido que suceda todo lo que esta actitud centralista y autoritaria de la CNT© ha desencadenado. Una militancia que se ha dejado arrastrar hacia un nuevo planteamiento organizativo enfocado más a lo estético que a lo ético. Más en el marketing que en lo ideológico. Más hacia la filiación de “cuotas” que de militantes activxs. A deshacerse de todo aquello que no les interese para desarrollar el “plan de crecimiento exponencial de la organización”. Los sindicatos de la CNT-AIT son lo que la afiliación hace de ellos. Por esto mismo lxs anarcosindicalistas buscamos la militancia, la participación de lxs afiliadxs en el funcionamiento de la organización, para poder crear los ansiados lazos de apoyo mutuo y solidaridad que son la base de nuestra lucha contra la autoridad, pero también contra la pasividad y la delegación de nuestra emancipación en institución alguna. Somos una organización entre iguales donde lxs trabajadorxs nos necesitamos unxs a otrxs para mejorar nuestras condiciones de vida y hacer camino hacia el horizonte libertario. Esa es la razón por la que preferimos una organización con militancia activa, consciente y en constante formación y reflexión, a un sindicalismo que prioriza una afiliación masiva (a través de afiliaciones telemáticas, por ejemplo) de la que no se espera ningún potencial transformador, ni siquiera la asistencia a las asambleas, salvo su cuota y sus datos para inflar números y obtener beneficios. Así, el hecho de la existencia de una cúpula dirigente en la CNT© que toma las decisiones sin haber informado ni consultado a la militancia, es muy esclarecedor para comprender en qué lugar deja a sus afiliadxs una organización que se dice anarcosindicalista.

También hemos visto cómo dentro de esa CNT© crecía la idea de que cuanta más filiación (que no militancia) y cuotas aporta un sindicato, federación o sección de la Internacional a la organización, más autoridad y poder de decisión debe tener a la hora de llegar a “acuerdos” (si se les puede llamar así) con sus compañerxs de otras localidades o regiones. No es necesario señalar lo perjudicial que resulta esta lógica en una organización fundada sobre la solidaridad, el libre acuerdo y el federalismo antiautoritario. Los resultados ya han comenzado a entreverse: búsqueda de filiación como manera de conseguir votos (o compra directa de votos inflando la filiación con cotizaciones falsas), y un centralismo que da todo el poder de decisión a las grandes ciudades frente a las pequeñas localidades. Este autoritarismo centralista nada tiene que ver con un federalismo anarquista basado en la solidaridad y la búsqueda del consenso. Esta es sin duda una de las cuestiones que ha llevado a la CNT© a atacar a la AIT. Entendemos que una organización que pretende servir de germen para una sociedad libre y anárquica, no puede fundar sus acuerdos sobre el sometimiento de la voluntad de sus compañerxs de lucha. No buscamos imponernos mediante el voto, buscamos transmitir una opinión, un posicionamiento, un acuerdo sobre un asunto, tratando de llegar al consenso. Fuera de esa dinámica intencionada, toda decisión tomada mediante el voto, sin debate, sin cesiones y búsqueda de zonas comunes, se demuestra conflictiva, forzada, y puede llegar a provocar daños irreparables, como de hecho ha sucedido.

¿Y cuál es el resultado de todo esto? Una fractura y un enfrentamiento entre dos organizaciones que hasta entonces eran una sola, la CNT-AIT. A partir del momento en que las dinámicas y lógicas centralistas y autoritarias se convierten en norma, toda discusión y toda discrepancia se resuelve con expulsiones en una magnitud que nunca antes se había visto. Se fuerzan los acuerdos, los estatutos, nuestra orgánica, todo con el objetivo de silenciar, forzar la desfederación o directamente expulsar a los sindicatos y compas que trataban de hacer frente a esta deriva tan alarmante. Una purga en toda regla. Desde que comenzaron las maniobras del Comité Confederal y sus partidarixs, al menos 30 sindicatos han dejado la CNT© o han sido expulsados. Aquellos que permanecieron en la CNT© y se mantuvieron críticos con la actitud del Comité Confederal, también terminaron siendo expulsados. En todo este proceso la CNT© ha demostrado ser una organización que rechaza el diálogo con sus compañerxs y que se limita a contar los votos con los que sacarán adelante sus acuerdos.

Algunos de estos sindicatos, avergonzados y radicalmente contrarios ante la deriva que estaba tomando la CNT©, decidieron en 2015 iniciar un proceso de reestructuración de la CNT-AIT, que culminó en 2017 con el reconocimiento de esta organización como la sección de la AIT en el Estado español.

Pero en los planes de esta irreconocible CNT© no hay lugar para la existencia de una CNT-AIT. Viendo que el compromiso y la afinidad del anarcosindicalismo hacia la AIT no sólo no había desaparecido, sino que estaba creciendo y consolidándose, con adhesiones de nuevos sindicatos y secciones, ese mismo 2017, el Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CNT©, Enrique Hoz, una vez más sin acuerdo de los sindicatos y a espaldas de su organización, contrata (a costa de los fondos confederales) a un abogado de Sevilla con el fin de demandar a siete sindicatos de la CNT-AIT (junto al Ateneo Libertario de Albacete) ante los Juzgados de lo Social de seis provincias distintas. La acusación: “usurpación de siglas y daño de imagen pública”. Los juzgados de lo social provinciales se declaran incompetentes por considerar a los 7 sindicatos demandados una misma estructura organizativa a nivel estatal. No satisfecha con el daño causado, en la segunda mitad de 2020, con una CNT-AIT que lejos de desaparecer sigue creciendo tras su reestructuración, la CNT© vuelve a hace uso de la justicia del Estado para intentar acabar con la CNT-AIT, pero esta vez lo hace a través de la Audiencia Nacional. Bajo las mismas acusaciones, reclamaba 50.000 euros de indemnización a cada sindicato, sumando a los siete anteriores más sindicatos (algunos de los cuales ni siquiera existían cuando esto estalló). Y por si esto no fuera suficiente, a algunos sindicatos se les acusa incluso de estar ocupando un local patrimonio de la CNT©, cuando ni siquiera tienen un local y se reúnen en otros espacios ajenos a la Organización .

Es su objetivo, adueñarse del poco patrimonio del que aún dispone la CNT-AIT, sus locales, para poderlos vender y seguir pagando las tarifas y dietas de sus profesionales del sindicalismo, sus amiguismos, sus corruptelas y todos sus vergonzosos gastos (que además trataron y en parte consiguieron ocultar).

Durante todo este proceso de lo que muchxs entienden erróneamente como una batalla de siglas, la avaricia y la falta de principios éticos y anarquistas por parte de la CNT© provocó que algunos sindicatos acabaran desapareciendo y que buenxs compas abandonasen, pisoteando y tirando por tierra el enorme esfuerzo de muchxs trabajadorxs por levantar la organización y la cultura anarcosindicalista. Al principio del comunicado decíamos que hace menos de 10 años, en el Estado español sólo había una CNT y ahora, en el 2021, decimos que sigue habiendo una sola y legítima CNT, la CNT-AIT. Nos defenderemos de estos miserables ataques y no regalaremos nuestros locales, nuestra memoria documental y nuestra historia. Pero también queremos decir que nuestro principal patrimonio, nuestra mayor riqueza es nuestra militancia, y esa nunca la podrán arrebatar ni destruir. No han podido las Monarquías, ni las Dictaduras, ni los infiltrados, ni los montajes policiales y tampoco podrá esta irreconocible organización. Han tomado un camino que les dirige hacia el sindicalismo de servicios, hacia una organización cada vez más profesionalizada, centralista y vertical, alejándose de los principios del federalismo anarquista. No es de extrañar que, bajo esa óptica centralista y jerárquica tan obsesionada con la imagen y el marketing, el CNG de la CNT© haya decidido registrar su logo, bandera y siglas, tratando además de sacar tajada de ello en los tribunales (de ahí la ©). Casi pareciera que nos estuviésemos enfrentando a una empresa en vez de a una organización supuestamente anarcosindicalista.

Luchamos y seguiremos luchando para defendernos, al tiempo que continuamos trabajando incansablemente para socavar las estructuras de poder y construir la sociedad que deseamos. Ha llegado el momento de romper el silencio, de que el movimiento anarquista y el anarcosindicalismo de todas las regiones del mundo conozcan la situación de la CNT adherida a la AIT. Ha llegado el momento de que todxs, incluidos los sindicatos y lxs militantes que hoy día forman parte de la CNT©, tomen partido y dejen de lado la indiferencia.

 ¡En defensa del anarcosindicalismo, del internacionalismo y de la lucha anarquista!

 ¡En defensa de la CNT-AIT!